Gdansk en un fin de semana!
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Cuando nos
dijeron que aprovechásemos a viajar por Polonia que era muy barato y merecía la
pena, nos lo tomamos muy en serio ya que a este paso no nos va a quedar sitio
por visitar. Además, leí hace poco que “en la única cosa que te puedes gastar el
dinero que te va a hacer aún más rico, es viajar” y me parece una máxima que deberíamos
tener todos.
El día 25 de noviembre
nos despertamos tras haber dormido escasas 4 horas debido a una fiesta que
organizaron unos españoles el día anterior, nos dirigimos a la estación de
autobuses donde, llegamos tarde y nos tuvimos que poner todos con gente que no conocíamos,
aunque a los 5 minutos no importó de lo dormidos que nos quedamos.
Llegamos a Gdansk
a mediodía (aun que ya estaba atardeciendo) y fuimos a recoger las llaves del
apartamento que habíamos alquilado en Airbnb (donde tenéis un código de
descuento entrando en este enlace: es.airbnb.com/c/jorger853). Después de comer
en el primer sitio que encontramos, nos fuimos a andar por la ciudad y
conocerla, nos dimos una vuelta por el centro, la basílica, la puerta de oro y
cenamos en un sitio llamado
Pierogarnia Mandu. Estábamos tan cansados de la resaca, el viaje y no dormir que nos fuimos pronto a casa para descansar.
El sábado nos
levantamos pronto para aprovechar el día y nos fuimos primero a Sopot, una
ciudad cercana a Gdansk que tiene playa, pero ya os haré un post solo para
recomendaciones de allí y que vimos en 3 horas máximo. Cuando volvimos al centro de Gdansk, vimos toda la
ciudad de día ya que la noche anterior al estar oscuro no pudimos ver casi nada
y me encantó que fuese una ciudad tan pequeña, con canales al estilo Ámsterdam,
pero a la vez con zonas más urbanas, además tiene edificios enormes y repletos
de historia.
El domingo era el
último día que podíamos visitar, así que dejamos las maletas en el apartamento
y nos fuimos pronto a hacer el Free tour de la ciudad, solo hay uno y en ingles
ya que no hay tanto turismo español como en Varsovia. El tour estuvo muy
bien ya que te contaba muchos detalles de la historia de la ciudad y se entendía
muy bien al guía, pero al final del tour tuvimos que dejarlo del frío que hacía,
era inaguantable así que no terminamos del todo. Después de comer todavía nos
quedaba tiempo para irnos al bus así que entramos en la Iglesia
de St. Mary que es más grande de lo que parece y que te puedes imaginar, además
tiene un mirador en lo alto de la torre, después de más de 400 escalones, pero la
vista merece la pena.



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