El dÃa 10, el de
antes de la fiesta nacional, los supermercados estaban hasta arriba de gente
como si se fuera a acabar el mundo y todos compraban muchas provisiones para no
tener que salir al dÃa siguiente de casa. Como “turistas” que somos por mucho
que vivamos aquÃ, nos impactó que los propios polacos estuviesen asustados de
salir a la calle el dÃa que se celebra la independencia de su paÃs, pero ya nos
lo habÃa avisado nuestra casera, que ella no pensaba acercarse al centro y que
nosotros los extranjeros que ni se nos ocurriese salir a la calle.
Para todo aquel
que no esté al corriente, en Polonia existen grupos (como en todos los lados)
radicales, pero aquà además son especialmente xenófobos, homófonos y agresivos,
por eso se recomienda tener cuidado en esté dÃa ya que la celebración parece
dedicada a este grupo de ultras y radicales.
El viernes 11 de
noviembre, nos despertamos como si fuera fin de semana ya que es fiesta
nacional en Polonia, no pensábamos salir a la calle por lo que habÃamos oÃdo y
además viviendo justo en el centro y en la avenida más grande de todo Varsovia,
no nos convenÃa demasiado. Desayunamos, vimos que estaba todo nevado y nos
pusimos cada uno a hacer cualquier cosa, de repente se empezó a escuchar como
murmullos o voces lejanas de la calle (vivimos en la planta 11), nos asomamos a
la terraza y se veÃa una marea enorme de gente con banderas y bengalas viniendo
por esta calle principal. Cuando pasaron unos minutos ya se oÃan los gritos y
las voces a la perfección y las calles estaban inundadas de gente, jóvenes,
ancianos, militares, gente con carritos de bebes, de todo tipo y todo el mundo
con banderas de Polonia gigantescas y bengalas.
Cuando llevaba
media hora de desfile o más sin parar de pasar gente, llegaron más grupos con
pancartas, un autobús desde el que iban gritando cosas con un megáfono y más
bengalas, tantas que se llegó a no ver nada desde nuestra casa del humo que
producÃan. En cierto momento se paró todo el desfile y pusieron a todo volumen
el himno de Polonia, por si no habÃa sido ya espeluznante, solo se escuchaba el
himno, se habÃa hecho el silencio total en la ciudad y estaban todos parados
hasta que acabo que encendieron aún más bengalas y continuo la marcha durante
toda la mañana.
El resto del dÃa
fue tranquilo, porque no salimos de casa no solo los extranjeros, los propios
polacos no salÃan por la tarde ni por la noche a la calle, lo que deja bastante
claro lo que hay que hacer, ya que “allá donde fueres haz lo que vieres.”